Mi camino hacia las terapias que ofrezco

Durante mi voluntariado en la protectora APAG, mi formación como Terapeuta Felino con Laura Trillo de Terapia Felina, las experiencias como casa de acogida para gatos necesitados de ayuda y los cuidados que han requerido mis propios gatos, me di cuenta de la importancia de abordar tanto el bienestar físico como emocional de los animales. Esto me motivó a buscar herramientas y formaciones que complementaran el trabajo de otros profesionales, como veterinarios y terapeutas, con el fin de ofrecer un enfoque integral en su tratamiento y cuidado.

Observé que en muchos casos había una relación directa entre el comportamiento, la patología del gato, tanto la física como la emocional, con el estado y los conflictos emocionales en los que se encontraban sus tutores y también de la vivencia propia de los gatos como los que han sido abandonados y han perdido su referente.

Mi intención inicial nunca fue dedicarme al área de la salud, de hecho cuando escuché la palabra Reiki, la busqué en Google, y lo primero que se me vino a la cabeza fue que no quería tratar temas físicos, pero de alguna forma mi camino está ligado a la salud física y emocional, ya que están relacionados mutuamente junto con los problemas de comportamiento y para que las personas podamos entender mejor lo que le sucede a nuestros gatos.

Todo comportamiento tiene una razón, un porqué y si nos mantenemos en la superficialidad, nunca vamos a ver a nuestros animales tal como son, ni les vamos a poder ayudar desde la comprensión ni la empatía.